Colegio Monte de Asís

A continuación se presentan tres aspectos fundamentales a tener en cuenta al momento de retomar las actividades pedagógicas con las y los estudiantes en momentos de crisis. 

1. La Escuela como espacio protector.

La escuela es el espacio privilegiado en el que las y los estudiantes tienen la oportunidad de compartir con otros que piensan distinto (compañeros, compañeras, profesores y profesoras) y pueden aprender sobre lo que el país está viviendo; para que este aprendizaje sea posible, la escuela debe constituirse en un espacio protector, especialmente considerando que la alteración de la vida cotidiana ha involucrado algunas situaciones que pueden poner en riesgo la seguridad física y psíquica de quienes componen la comunidad educativa.

Conformar un entorno protector implica, en primera instancia, generar las condiciones pedagógicas para la libre expresión de ideas y opiniones, en un marco de respeto mutuo, de escucha activa, y de estricto cumplimiento de los Derechos Humanos y, especialmente, de los Derechos de la Infancia.

Supone, también, estar alertas y ocuparse de situaciones particulares que puedan afectar a las y los estudiantes y que requieran de apoyo de parte del establecimiento para poder asegurar su trayectoria educativa, lo que puede significar gestionar su derivación a instancias especializadas.

Entre ellas se puede mencionar dificultades de acceso o de transporte al establecimiento, problemas en el entorno familiar que puedan afectar su asistencia a clases o sus aprendizajes, u otros

Para conformar un entorno protector se debe:

• Mantener un espacio de diálogo y comunicación permanente entre los miembros de la comunidad educativa, reforzando la importancia de cuidarse y respetarse mutuamente, así como también de cuidar y valorar la infraestructura del establecimiento. 

• Implementar espacios e instancias pedagógicas para la expresión de ideas, asegurando un marco de respeto y valoración de las diferencias.

 

2. Organizarse y comunicarse de manera efectiva.

En momentos de incertidumbre se hace especialmente relevante comunicar información pertinente de manera clara, oportuna y por la vía más directa posible, de manera de hacer más eficiente la gestión y mantener en funcionamiento los procesos regulares del establecimiento; algunos aspectos a tener en cuenta son:

• Mantener un discurso que contribuya a reforzar la cohesión social y la convivencia escolar: el equipo directivo y docente debe desarrollar y, al mismo tiempo, promover entre el resto de la comunidad educativa un discurso que promueva el diálogo, no que polarice posiciones, valorando el respeto por las diversas ideas y opiniones.

• Respecto de las y los estudiantes, es importante que puedan conocer y reflexionar en torno a la situación actual, siempre en función de su etapa de desarrollo y de manera coherente con los principios y valores del Proyecto Educativo institucional. Ello implica poner especial atención en propiciar que las y los estudiantes desarrollen un pensamiento crítico propio y no asimilado de terceros de manera mecánica, fomentando el desarrollo del pensamiento, de la argumentación, y de hábitos de discusión.

 

3. La importancia de las emociones.

El restablecimiento de una nueva cotidianidad requiere promover el bienestar y la seguridad de todos los miembros de la comunidad educativa, por lo que es importante desarrollar estrategias de contención y apoyo emocional cuando sea necesario, que refuercen la seguridad de los estudiantes haciéndolos sentir cuidados al interior del establecimiento y desarrollando un aprendizaje para la vida.

Las emociones juegan un rol fundamental en nuestra capacidad de proyectar estrategias y soluciones para superar la situación que atraviesa el país, como miembros de una comunidad educativa y como ciudadanos. Ello implica, como pasos esenciales:

• Generar instancias para el reconocimiento de las emociones y cómo nos están afectando: debemos ser capaces de identificar y nombrar lo que sentimos.

• Generar instancias de diálogo, conversación y escucha activa: disponernos a escuchar, a concentrarnos en el otro, a expresar lo que pensamos y sentimos, sin evaluar, juzgar ni criticar, porque todas las emociones son válidas y las experiencias nos afectan de distinta manera.

• Implementar mecanismos que permitan apoyarse mutuamente para estabilizar las emociones, como condición esencial para promover una mirada esperanzadora acerca del futuro.

• Incorporar en las rutinas, en la medida que sea posible, espacios de distracción, juego, humor y distensión, que permitan ampliar la mirada, los temas de conversación y los puntos de encuentro.

 

Atte,

Paulina Cid
Psicóloga E. Inicial y Básica

 

Diego Flores
Psicólogo E. Media